Nº 18 - Enero 2007
[ISSN 1886-2713] |
:::Atanausú:::Seguro que uno de los sitios más abruptos de Canarias es La Caldera, en la isla de La Palma. Los antiguos isleños le pusieron por nombre Aceró, que significa precisamente ‘fortaleza natural’, por esa forma de olla rodeada de paredes rocosas. Estas condiciones permitieron a su gente resistir durante más tiempo la invasión de los castellanos, siendo así que fue el último territorio conquistado de aquella isla. En esa época, el jefe de este bando era llamado Atanausú, lo que en español quiere decir ‘el que razona bien’. Hombre valiente, primero se distinguió por defender esa comarca de los ataques de su tío Atogmatogma, jefe de un cantón que se extendía desde el barranco de Hiscaguan hasta Tijarafe. Era la región más importante de la Isla, tanto por su extensión como por el número de sus habitantes, aunque más difícil de defender que Aceró. Con la ayuda de algunos primos suyos que gobernaban en otros bandos, Atanausú presentó tal oposición a su tío que a éste casi le cuesta la vida. Al final, Atogmatogma tuvo que desistir de sus planes y todos acordaron las paces. El mismo coraje mostró Atanausú contra los castellanos, utilizando su aventajado conocimiento del terreno para repeler la invasión de las tropas extranjeras. Después de comprobar que no obtendría la victoria luchando en un terreno tan agreste, el capitán castellano, Alonso Fernández de Lugo, decidió tender una emboscada a Atanausú. Para ello, concertó una entrevista de paz en un lugar más favorable a sus propósitos, al que acudió el jefe palmero confiado en la palabra del conquistador (pues el respeto de la palabra dada era entre los isleños un signo de grandeza). Pero Fernández de Lugo no hizo honor a su compromiso y atacó por sorpresa en cuanto avistó a los palmeros, para evitar que pudieran replegarse de nuevo hacia la fortaleza de Aceró. Tras una dura escaramuza, Atanausú fue capturado. Así terminaba la conquista europea de la isla de La Palma. Con la comunicación de esta victoria a los Reyes Católicos, Fernández de Lugo envió varios esclavos a la corte hispana. Entre ellos se encontraba Atanausú que, durante el viaje, prefirió dejarse morir antes que aceptar la esclavitud. Autor: Ignacio Reyes |
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