Nº 18 - Enero 2007
[ISSN 1886-2713] |
:::Guachinche guanche:::En general, la dieta de los antiguos habitantes del archipiélago canario estaba compuesta por recursos alimenticios generados por ellos mismos, bien mediante el cultivo de vegetales bien con el cuidado de su cabaña ganadera. También jugaron un papel muy importante la pesca y la recolección, tanto del medio marino como del terrestre. Además, de forma eventual, se practicó la caza de algunas especies animales. A continuación, vamos a ver cuáles eran los alimentos que solían consumir nuestros antepasados. Seguramente, nos llevaremos más de una sorpresa... ¡Camarero! ¡La carta, por favor! Vegetales Los alimentos vegetales tuvieron una importancia vital dentro de la dieta de los antiguos isleños. Incluso, en Gran Canaria, isla donde la agricultura alcanzó un grado de desarrollo considerable, el consumo de vegetales fue proporcionalmente muy alto en relación al consumo de carnes. Las condiciones climáticas y del terreno propiciaron el cultivo de secano, con dos cereales como protagonistas. Nos referimos a la cebada, que en Gran Canaria y Tenerife recibía el nombre de tamo, y al trigo, el yrichen de los guanches. Y es que la harina tostada de estos cereales representaba uno de los alimentos básicos para los habitantes de todo el Archipiélago: el gofio. Algunas plantas silvestres, como el cerrillo, la cebadilla o la barrilla, también eran transformadas en harina y consumidas como gofio o utilizadas para la fabricación de tortas, como sucedía en las islas occidentales. Además, en la isla de Gran Canaria y en algunas zonas del norte de Tenerife (Icod, La Orotava) se practicó el regadío, cultivando legumbres como las habas, las lentejas o los guisantes. Sin embargo, no sólo la tierra aportaba alimentos vegetales a la dieta de los antiguos isleños, puesto que algunas especies de algas marinas también eran recolectadas para su posterior consumo. Carnes y lácteos La mayoría de los productos cárnicos consumidos por nuestros ancestros provenían de su cabaña ganadera, básicamente de la cabra y de la oveja. En la isla de La Palma, se daba el nombre genérico de teguevite a la carne de los ovicápridos, de los que, sobre todo, se aprovechaba la leche, conocida entre los guanches con el nombre de ahof, o la manteca, llamada mulan por los bimbaches, quienes la suministraban a niños y enfermos por sus propiedades medicinales. También el cerdo formaba parte de la cabaña ganadera isleña, aunque su peso dentro de la misma fue secundario y su consumo ciertamente reducido. La carne de suido recibía en la isla de La Palma el curioso nombre de atinaviva, expresión que se traduce como ‘he aquí las (carnes) de animal salvaje’, probablemente en alusión a los ejemplares asilvestrados que los primeros cronistas europeos confundieron con jabalíes. Aunque la caza no fuese una actividad prioritaria para las antiguas sociedades amazighes de Canarias, el cerdo no era el único animal capturado por los isleños. Algunas aves, como la paloma, el cuervo, la pardela, el guirre o la codorniz, tenían un papel testimonial dentro de la dieta isleña. Pescados y mariscos Los productos del mar ocuparon un lugar muy importante en la alimentación de los isleños, siendo consumidos con mucha más frecuencia que la carne. El pez más pescado en la isla de Gran Canaria era la sardina, mientras que, en el resto del Archipiélago, la vieja y la morena eran el manjar marino preferido por los antiguos isleños. Aunque, como ya dijimos en otra ocasión, en las Islas también se consumían sargos, saifías, salemas, galanas, cabrillas, palometas, samas roqueras, pejes verde, pejes rey, pejes perro o romeros. Mediante el marisqueo, nuestros ancestros sumaban a su dieta las lapas de pie negro, las lapas de pie blanco, los burgados, los burgados macho o las lapas de sal, y, en las islas de Gran Canaria, Lanzarote, pero, sobre todo, Fuerteventura, se recolectaba el mejillón. Por último, los cangrejos, los erizos de mar y, muy probablemente, los pulpos, también fueron consumidos en las antiguas sociedades amazighes de Canarias. Frutos y raíces Los antiguos isleños conocían y practicaban el cultivo de un árbol frutal: la higuera, de la que comían sus higos. El resto de frutos eran obtenidos a través de la recolección. Nos referimos, por ejemplo, a los madroños, las moras, los bicácaros, los dátiles o los mocanes, conocidos entre los isleños con el nombre de yoyas, y utilizados por guanches y canarios para la elaboración de una especie de miel que llamaban chacerquen. También se aprovechaban algunas raíces para la fabricación de ciertos preparados alimenticios, como era el caso de los agamames, elaborados con rizomas de helecho, que, una vez asados y mascados con manteca, se daban a chupar a los recién nacidos. Para los más atrevidos Y hemos dejado para el final aquellos alimentos que al isleño actual pueden parecerle más extraños, pero que, sin lugar a dudas, nuestros antepasados debieron de tener en cuenta como cualquier otra fuente proteínica. Al parecer, los isleños practicaban la caza de la rata gigante, así como la captura de ciertos tipos de lagartos, entre ellos los lagartos gigantes, que en algunos casos llegaban a alcanzar el metro y medio de longitud. Esta actividad depredadora debío de ser un factor determinante para la posterior extinción de ambas especies. Para la isla de La Gomera, está documentado el consumo de cierto tipo de insectos, como los parásitos, aunque, muy probablemente, dicha actividad estuviese extendida por otras islas. En las islas de Tenerife, Gran Canaria y La Palma, se consumió de forma eventual el gato. Más que por sus propiedades nutricionales –de las que, obviamente, no carecía–, la carne de este felino formaba parte de los hábitos alimenticios de tipo terapéutico-mágicos de nuestros antepasados, comunes también a otros grupos amazighes del Continente. Por su parte, el perro, a menudo considerado como el mejor amigo del hombre, fue también muy útil para los antiguos habitantes de Canarias, quienes lo usaban para el pastoreo, como guardían... y como alimento. Recomendaciones de la casa Ahora ya pueden escoger el plato que más les guste, pero, antes de empezar a comer, vendrán bien un par de recomendaciones. Las extraemos de la Historia de la Conquista, atribuida a Abreu Galindo [(ca. 1590) 1977: 297], quien nos habla de algunas costumbres culinarias de los antiguos isleños de Tenerife: «cada vez que [...] querían comer, y cuando acababan de comer, se lavaban la cara y manos». «Y cuando comían, no bebían sino pasada media hora, porque decían que el frío del agua dañaba los dientes, cuando habían comido cosa caliente».
adago: leche de cabra para los auaritas. ahemon: agua para los bimbaches. ahoren: harina para canarios, bimbaches y guanches. azamotan: cebada para los canarios, que la consumían molida y tostada. crece: fruto de la haya para gomeros, bimbaches y guanches. oche: manteca. xuesco: para los auaritas, raíz de malva que, majada y secada, se mojaba en leche y se chupaba.
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