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nº 12 - Junio 2006
[ISSN 1886-2713]
La Lengua  

:::Burlas y algo más:::

Isleño sacando la lengua, y grabados de El Julán, en El Hierro

Hay quien dice que uno no llega a dominar por completo una lengua hasta que es capaz de producir juegos de palabras e insultos creativos. Moverse en el doble sentido y serpentear por las sinuosidades conceptuales y sociales del lenguaje requiere imaginación y, por supuesto, cierta inclinación humorística. De los antiguos isleños, sabemos que, cuando menos, practicaban la sinonimia, ya que «para / una cosa usaban de mas de dos, y tres bocablos diferentes» [Marín 1694: 81v-82r], donde a menudo borbotean las asociaciones de ideas que acabarán en muchos casos por añadir acepciones a los términos.

De la ironía al sarcasmo, de la burla ingeniosa a la mofa insultante, hay una frontera muy tenue que sólo transita indemne quien conjuga el tacto y el talento. Por desgracia, nuestro conocimiento de las antiguas hablas isleñas no permite aquilatar como es debido todos los requiebros sociolingüísticos empleados entonces, aunque esta rara habilidad poética sigue resonando en las Islas.

A continuación, veremos algunas voces antiguas y otras vivas en la tradición oral, entre las que hay nombres de personas y adjetivos no siempre compasivos, que proporcionan una muestra interesante de este epígrafe tan curioso de nuestra cultura ancestral.

Y, como parece lógico, no podemos por menos que empezar precisamente con la noción principal que ocupa estas líneas: ‘broma burlesca, tomadura de pelo’, que la sociedad herreña ha conservado a través de la voz choca (chok, ‘menosprecio’), todavía vigente en el agonizante dialecto zenaga del sur mauritano.

Por lo general, estas expansiones adquieren un desarrollo más o menos subido de tono y se deslizan hacia comportamientos poco decorosos en una ‘juerga’ o ‘borrachera’, es decir, lo que aún en La Palma se conoce como fuleque (fulleq, ‘indecencia’). El enunciado, habitual en cabilio y en el ámbito tuareg, alude tanto a inconveniencias verbales (‘hablar sin discernimiento’) como de conducta (‘descortesía’).

Pero sólo algunas personas se manejan de forma tan inapropiada, ‘personas de mal comportamiento’, que tampoco rumian muchos escrúpulos a la hora de inmiscuirse en los asuntos ajenos. A este personaje ‘entrometido’, hombre o mujer, se le endosa aún el calificativo sarpeta, construido sobre el verbo serreb (‘deslizarse, colarse’) y el sufijo despectivo hispánico –eta.

Pero es preciso tener ‘poca seriedad y calidad humana’ para actuar así, es decir, ser un chifichafe (šifšaf) o ‘idiota’. Aunque, puestos a elegir sinónimos, disponemos de otras expresiones. Por ejemplo, el nombre de un guerrero de Benytomo que, según el poeta Antonio de Viana [1604, VIII: 153v], atendía por Badel, pese a que no sabemos si esto fue porque era ‘débil de espíritu’, ‘bueno para nada’, ‘idiota’ o ‘enfermo mental’. Apelativo sin duda nada benigno, igual que el adjetivo guarnaco, también a veces substantivado, que se aplica al ‘tonto, bobo’ o, en su literalidad (war_naq), al sujeto ‘falto de dicción, torpe al hablar’.

Ahora bien, si se trata de insultar sin ambages, resulta obligado acudir a la documentación normanda que, en la conjura protagonizada por Afche (Afššeš, ‘caprichoso’) contra Guadarfia (Wadarfi, ‘liberado’), nos desvela un improperio muy contundente:

Pasados algunos días, llegó Afche al castillo de Rubicón y acordaron que sería rey a condición de que recibiera el bautismo junto con todos sus partidarios. Cuando el Rey [Guadarfia] lo vio llegar, lo miró muy despectivamente diciéndole: “Fore troncquenay”, esto es “Malvado traidor” [LC (d. 1494: 23r) 2003: 236].

Sólo que el desprecio toma un tinte aún más notorio en su forma original, ya que no se dirige directamente al noble sedicioso ni adopta un tono tan literario como sugiere la traducción francesa: fore [furay] torom kennay deja claro a los europeos que ‘la sarna han traído [con] ustedes’.

Así, en esta misma línea desprovista de sentimentalismos, nada como usar un vocablo femenino para ridiculizar a un varón. Un efecto que, salvo contadas excepciones, se consigue mediante el valor diminutivo conferido a este género. Quizá el caso más representativo sea el de Temiaba, «hombre de poco anímo», según dijo de él Abreu [ca. 1590, III, 3]. Este jefe cantonal de Tagaragre (hoy Barlovento, en La Palma) recibió un adjetivo verbal (tem-awwad-t) que, con mucha piedad, cabría traducir por ‘pusilánime’, pero que en realidad se conformó sobre la misma base que maguada, esto es, ‘mujer temerosa’ (literalmente).

Con algo menos de crueldad, aunque no sin retintín, el ‘hombre cobarde, poco decidido y miedoso’ es motejado todavía en Gran Canaria de mané, más propio del ‘animal dócil o amaestrado’. Una fórmula algo más decorosa, en cualquier caso, que el chirgo o chirguete (chizzget) que se le atribuye al pobre timorato que ha relajado el control de su esfínter y un escatológico reguero delata su mortal humanidad.

Para terminar, repararemos en dos figuras universales, presentes en todas las sociedades de cualquier época. De una parte, tenemos al raquero o ‘tacaño, avaro’, que se inscribe, paradojas del lenguaje, en uno de los campos semánticos más fértiles de la lengua amazighe, el del ‘calor’, la ‘sequedad’, la ‘dureza’ y, cómo no, la ‘severidad’ (qqar, regh). Y, además, no hemos de olvidar al ‘glotón’ o taburnaque (taburnaqqey), que describe más exactamente a la ‘persona gruesa y de ojos hinchados’.

Fuentes

ABREU GALINDO, Juan de. d. 1676 (ca. 1590). Historia de la Conquista de las Siete Yslas de Gran Canaria. Escrita Por el R. Pe. Fray Juan de Abreu Galíndo, del Orden de el Patríarca San Francísco, hijo de la Provínçía del Andaluçía Año de 1632. [Copia anónima en la Biblioteca Municipal de S/C de Tenerife, ms. 191].

LC = 2003. Le Canarien. Manuscritos, transcripción y traducción por Berta Pico, Eduardo Aznar y Dolores Corbella. La Laguna: Instituto de Estudios Canarios (Fontes Rerum Canariarum, XLI).

MARÍN DE CUBAS, Tomás. 1694. Historia De las Siete Yslas de Canaria Origen Descubrimiento y conquista Dividida en Tres Libros compuesta por D. Thomas Arias Marin y Cubas natural de Telde ciudad en la Ysla de Canaria. Año, de 1694. [Copia de Agustín Millares Torres (1879), en El Museo Canario, ms. I-D-15/16. Existe microfilme en la Biblioteca Municipal de S/C de Tenerife, ms. 192. Hay edición incompleta pero aceptable publicada en 1986 por la Real Sociedad Económica de Amigos del País de Las Palmas de Gran Canaria].

Bibliografía

REYES GARCÍA, Ignacio. 2004. Diccionario etimológico de insulismos amazighes. S/C de Tenerife: Foro de Investigaciones Sociales.

REYES GARCÍA, Ignacio. (2005). Guía de nombres guanches. Tenerife: La Marea (en prensa).

REYES GARCÍA, Ignacio. 2006. Voces del poder en el amazighe insular. S/C de Tenerife: Foro de Investigaciones Sociales.

Autor: Ignacio Reyes

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